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¿A veces sientes que no puedes controlar la situación, que las manos empiezan a sudarte sin sentido o que tu corazón se acelera rápidamente de forma anormal…?
Guarda los peligros dentro del armario porqué no se trata de ninguna enfermedad de vida o muerte. Se trata de buscar un poco más de tiempo para ti, de conocerte, de saber qué quieres y qué no quieres y sentir que tu corazón se une con tu cerebro.
No consideramos la ansiedad como un tema psicológico, pero va muy regido por los sentimientos, el estrés, las emociones… si te sientes sin herramientas para gestionar tus emociones, posiblemente te encontrarás sin herramientas para gestionar tus miedos y aparecerán las ansiedades, los nervios, los sudores, etc.
¿Qué tal si dejamos de sufrir y empezamos a vivir? A continuación hemos preparado un post ideal para ti en el que te lo contamos todo sobre la ansiedad: por qué se produce, cómo se trata, cuáles son sus síntomas, etc.
¿Por qué se produce la ansiedad?
La ansiedad es un mecanismo que se da en todas las personas para poner en alerta frente a riesgos y amenazas. La ansiedad hace que tomemos decisiones rápidas con respecto a un riesgo o peligro. Ante estas descripciones se podría pensar que este estado es bueno. Pero no siempre se da el caso de que lo sea.
Cuando nuestro mecanismo se altera demasiado entonces provoca un problema de salud que puede llegar a incapacitarnos. Esto ya no nos interesa que suceda. La ansiedad implica algunos componentes:
– Cognitivos: pensamientos negativos, anticipaciones de una amenaza.
– Fisiológicos: activaciones del sistema nervioso autónomo que implican problemas vasculares
– Motores y de Conducta: búsqueda de seguridad, evitar un riesgo grave, comportamiento defensivo, …
Cuando la ansiedad se manifiesta dentro de unos límites no hay cambios sensoriales que superen los umbrales del dolor y los cambios fisiológicos son normales. El problema se vuelve más grave cuando la ansiedad hace que se limite nuestra rutina diaria y no podemos hacer una vida normal. Cogemos miedo a todo y rechazamos invitaciones para diferentes eventos. Ahí es donde nos encontramos con un riesgo verdadero para la salud.
Síntomas de la ansiedad
– Físicos: taquicardia, falta de aire, sudoración, sensación de “nudo” en el estómago, tensión muscular, sensación de mareo, alteraciones del sueño o de la alimentación, …
– Psicológicos: sensación de peligro, ganas de huir, sospechas, dificultas para tomar decisiones, temor a la muerte, temor a perder el control, …
– De conducta: torpeza para actuar, esta de alerta permanente, dificultad para estar quieto y tranquilo, cambios en la expresividad y el lenguaje corporal.
– Intelectuales: dificultades en la concentración y atención, aumento en los descuidos, pensamientos inoportunos e incremento de dudas, recuerdos desagradables, etc.
– Sociales: irritabilidad, dificultades para meterse en una conversación o por el contrario, excesiva verborrea sin sentido, temor a conflictos, dificultades para expresar opiniones, etc.
Tratamiento de la ansiedad
Después de saber todos los síntomas que conlleva tener ansiedad… ¡¿QUÉ TRATAMIENTO SIGO?! A continuación vamos a dar una serie de consejos para intentar calmar un ataque de ansiedad lo antes posible:
– Acepta tu ansiedad: si lo haces así, pronto podrás tener la confianza suficiente para comenzar a calmarte.
– Ponte cómodo mientras pasa el mal rato: debes recordar que es un sentimiento que vas a tener, pero contra el que puedes luchar con un alto grado de confianza.
– Piensa en la preocupación que te está generando ese sentimiento y trata de mirarlo desde otra perspectiva. Recuerda que pronto volverá la calma.
– Intenta distraerte: puedes utilizar trucos como ponerte música o algún vídeo, para que se te olvide momentáneamente ese mal trago y puedas pasar página.
– Utiliza técnicas de respiración para poder controlarla.
Aprender a controlar la ansiedad
Siempre debemos pensar que la última instancia debe ser la medicación; por lo que debemos luchar por utilizar técnicas naturales para sobreponernos.
Antes hemos hablado de las técnicas de respiración como método a utilizar, además de nuestra propia distracción con la escucha de música o vídeos. También se pueden realizar ejercicios para soltar la musculatura.
En definitiva, no dejes que la ansiedad se apodere de ti. Debes crear una “relación de amistad” con ella, aceptarla, saber que está ahí, pero no dejar que no puedas controlar la situación. Al fin y al cabo, la ansiedad es producto de los nervios que propiamente creas tú, así que solamente tú puedes hacer que desaparezca.
Es cuestión de mantenerte relajado, sin miedos, capaz de coger el toro por las bañas. Siéntate en una silla, concreta tus objetivos y ve a por ellos, ¡sin miedo!