La agresividad puede ser un problema muy grave en los perros y debemos tener en cuenta que no existe raza totalmente libre de este tipo de comportamiento. Un perro agresivo, independientemente de su tamaño, puede embestir, morder e incluso atacar a una persona o a otro perro y este comportamiento no debe ser en ningún modo tolerado.
Es muy importante llegar a la raíz del problema para dilucidar por qué el perro enseña los dientes, gruñe o incluso ataca. Estos comportamientos son síntomas de dominancia y deben ser controlados de inmediato.
Para empezar, es muy importante no retar a un perro agresivo. Esto no solo puede provocar un ataque, sino que a la vez, el perro puede salir ganando y confirmando así su dominancia para volverse cada vez más agresivo. Debemos fijarnos bien en su lenguaje corporal, ¿Mira de frente y aguanta la mirada?, ¿Intenta parecer lo más grande posible?, orejas erectas, pecho hacia fuera, cola recta… Son comportamientos que indican que el perro se piensa que está mandando.
El problema de la agresividad en los perros es que los convierte en impredecibles, no sabemos en qué momento van a atacar y qué es lo que pueden hacer o como pueden reaccionar. Puedes estar jugando con el tranquilamente y al minuto responda con un gruñido o un mordisco. Por esta razón no nos podemos fiar de un perro agresivo y no será seguro como mascota.
La agresividad en los perros se puede manifestar hacia otros perros, y una de las principales causas de esto es el insuficiente contacto con otros animales cuando era un cachorro. De esta forma el perro actúa como mecanismo de defensa, pensando que él es el único del mundo. Podemos solucionar esto acercando nuestro perro lentamente hacia otros atado con una correa. Debemos observarlo detenidamente y evitar el ataque o el comportamiento agresivo, a la mínima que el perro muestre signos de dominancia debemos alejarle y regañarlo. Lentamente el perro se acostumbrará a la presencia de otros de su raza y para ello debemos también premiarle cuando ignore o tolere el otro animal. Con paciencia conseguiremos corregir la actitud agresiva de nuestro perro, resaltamos que es muy importante premiar el perro cuando este adopta un comportamiento correcto.
La dominancia en un perro vienen dada por la jerarquía social firme que existe en una manada, dónde un perro sabe quién está por arriba y quién por abajo y de ahí el papel que el desempeña. Si flaqueas delante del perro el se creerá el líder. Por ese motivo es muy importante adiestrar a los perros desde bien pequeños, nos impondremos así como jefes y la mascota entenderá que debe desempeñar el papel de sirviente. Anularemos así las ansias de dominio del perro, modificando su comportamiento y haciendo que este se convierta en obediente.
Debemos aprovechar cualquier situación para adiestrar a nuestro perro, el simple hecho de hacer sentar al animal para recibir su comida en lugar de permitir que venga corriendo a por ella y que pueda comer cuando quiera le está diciendo que tú eres el que controla la situación y que él depende de ti para recibir la comida.
De ningún modo esto va de maltratar el animal, lo que se intenta es hacer aprender al perro qué posición ocupa en la manada. Por ese motivo debemos ser firmes ante su mirada fija, sus gimoteos o la mirada lastimosa. Moldearemos así su comportamiento día a día, y como ya comentamos anteriormente, le daremos todo el cariño del mundo cuando este actúe como debe.
Castigar un perro agresivo puede hacer el efecto totalmente inverso al que buscamos. Se trata de buscar métodos para que el perro entienda qué debe corregir y no utilizar la agresividad contra la agresividad. Otro método efectivo es hacer sentar el perro para recibir elogios y caricias, no dejes que la gente se acerque al perro para tocarlo sin que este obedezca alguna orden antes.
La agresividad viene dada también por miedo a algo. Incluso en perros adultos los miedos son presentes y frecuentes. El miedo puede ser la causa de una sociabilización inadecuada o incompleta con otros perros cuando era un cachorro o a una experiencia traumática para él que recordará siempre. Debemos ser conscientes que lo que para él puede ser traumático para nosotros puede ser imperceptible o no le damos importancia, para ello prestaremos mucha atención a nuestro alrededor cuando el perro modifica su comportamiento, para intentar percibir qué es lo que le afecta.
Un perro agresivo por dominancia se cree totalmente estar en lo más alto de la escala social, por lo que luchará para mantener esta posición. Para evitar esto, no le daremos razones para que él se piense que tiene el control. Si los problemas de agresividad aumentan aconsejamos acudir a un profesional que trabajará tanto con el perro cómo contigo para adiestrar al perro. No aconsejamos para nada los métodos severos de adiestramiento, el objetivo del entrenamiento debe ser siempre un refuerzo positivo.