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Ha llegado el momento de afrontar la realidad: la mascota tiene sobrepeso. Un perro o un gato gordito no molestan a nadie. De hecho, mucha gente encuentra una monada cuando el peludo tiene sobrepeso.
Pero existen varios riesgos: enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, problemas articulares, diabetes, aumento de las complicaciones durante la anestesia y las cirugías, aumento de la incidencia de cánceres y diabetes.
Causas de la obesidad de la mascota
Las razones de que tu perro o tu gato sea obeso puede ser debido a varios factores:
- Una alimentación de la mascota desequilibrada.
- El sedentarismo.
- El aburrimiento.
- Las enfermedades endocrinas.
- La predisposición genética.
- Los excesivos tentempiés que ofrecen los dueños.
Pero hacer que la mascota pierda peso no es tan difícil como parece.
¿Qué hacer si mi mascota es obesa?
Identificar y aceptar el problema
Este puede ser uno de los pasos más difíciles para el tutor. Los kilos de más no deben verse como algo bueno. Cuanto antes acepte que debe cambiar la rutina de la mascota, mejor será para ella.
¡Identificar la obesidad es el primer paso del viaje hacia el peso ideal del peludo!
En el caso de los perros, entre el 15% y el 20% del peso por encima del ideal es ya un signo de obesidad. Para empezar, palpe el animal en las regiones de la costilla, el pectoral, la base de la cola y la cintura. Lo recomendable es que los huesos no sean aparentes, pero debes poder palparlos fácilmente, es decir, sin apretar demasiado.
En el caso de los gatos, se indica que se mire al gato desde arriba y se identifique si el cuerpo es regordete. Según los expertos, la forma ideal es un tórax ancho, con una cintura afilada y una nueva zona más ancha en la espalda. Cuanto más gordo sea el gato, menos cintura tendrá.
Ir al veterinario
¡El veterinario es un gran amigo de tu peludo!
La última palabra debe ser del veterinario. Es él quien te orientará sobre los pasos que puedes dar para cambiar la rutina del peludo con seguridad. Por lo tanto, asegúrese de buscar la ayuda de un profesional (si es posible, un endocrinólogo veterinario) antes de iniciar cualquier cambio.
Esto es importante porque la pérdida de peso de la mascota debe ser gradual. Un programa de pérdida de peso debe incluir cambios en la dieta y en la rutina de ejercicios, bajo la orientación de un veterinario. Sólo él puede indicar cuánto peso debe perder el perro o el gato por semana y la duración del tratamiento.
Cambiar la dieta
Un paso fundamental en la lucha contra la obesidad de las mascotas es cambiar la dieta. Ya sea a través de alimentos industriales o naturales, la cantidad de proteínas debe ser mayor que la de grasas y carbohidratos. Ya las fibras ayudarán a dar mayor saciedad a la mascota.
Los piensos funcionales o terapéuticos para mascotas obesas sólo deben ofrecerse bajo la supervisión de veterinarios. En este caso, ayudan a las mascotas porque contienen un alto contenido en proteínas (de origen animal o vegetal) y fibra (celulosa o psilio), y poca grasa.
Los suplementos son muy importantes para complementar la alimentación de su mascota.
No piense que ofrecer este alimento por sí solo resolverá el problema. La cantidad a administrar dependerá del grado de obesidad, por lo que es importante seguir el consejo médico. Si se utiliza de forma incorrecta, incluso las mejores dietas pueden perjudicar a la mascota.
Los propietarios tampoco deben descuidar los suplementos. La dieta casera, por ejemplo, requiere la suplementación de vitaminas y minerales para el correcto equilibrio energético.
Controlar el suministro de alimentos
La ración y el número de comidas diarias deben ser prescritos por el veterinario y deben ser respetados para el éxito del tratamiento de pérdida de peso si la mascota tiene sobrepeso. Los horarios también deben ser controlados, sobre todo para los perros que tienen la costumbre de comer todo a la vez y luego pasan el día sin energía y con hambre.
Es muy importante establecer unos horarios correctos para la alimentación de las mascotas.
La rutina también es importante para las mascotas que reciben medicación. Por lo tanto, tres comidas al día pueden satisfacer las necesidades del perro.
En el caso de los gatos, también es importante limitar la cantidad de comida que se les ofrece al día, pesando siempre el alimento antes de ofrecérselo. Como los gatos tienen la costumbre de comer varias veces al día, no está mal dejar la comida a su disposición, incluso cuando necesita perder peso. Lo que no puede exceder la cantidad diaria. La comida húmeda para gatos puede ayudar. Además de ofrecer más agua, tiene menos hidratos de carbono.
Ejercicios graduales
Los perros con sobrepeso fuerzan la articulación, por lo que deben evitarse los ejercicios de alto impacto (saltar alto, subir y bajar escaleras, por ejemplo). Es importante respetar el ritmo de la mascota, comenzando la rutina con ejercicios más ligeros como paseos más cortos y en su velocidad si la mascota tiene sobrepeso. Poco a poco, puedes ir aumentando el recorrido, pero siempre observando la respiración y la temperatura del peludo.
Al igual que nosotros, las mascotas necesitan ejercicio físico para llevar una vida más saludable.
Para los gatos, caminar no es siempre una opción de ejercicio. Por lo tanto, las bolas y los láseres son una buena idea. Otra es colocar la comida en lugares altos, para que el gato tenga que moverse para comer. También existen en el mercado comederos que estimulan el juego al alimentarse.
Cambiar de postura
Después de cambiar la dieta e incluir ejercicios en la vida de la mascota, estás en el camino correcto. Ahora bien, lo importante es no cometer errores, sobre todo si la mascota tiene sobrepeso. Una de ellas es ofrecer las sobras de comida a las mascotas.
No dejes que esos molestos ojitos te convenzan. La salud del peludo es lo primero.
Si te sobra comida en la comida o en la cena, nunca se la des a tu mascota. No puede salirse del menú recomendado por el veterinario. Además del problema de la obesidad, incluir restos de comida en la dieta de la mascota puede estimular la producción de sarro, aumentar los riesgos de ingestión de alimentos tóxicos y provocar un desequilibrio energético.
La mascota glotona también puede ser un problema para el guardián. Esto se debe a que, muchas veces, con pena por el perro o el gato, ofrecemos comida sin necesidad. Sepa que el exceso de apetito no siempre es un signo de hambre, sino un hábito que puede ser perjudicial para la mascota, convirtiéndose en una compulsión.
Por lo tanto, si la dieta que se le ofrece está recomendada por un especialista, ¡no se preocupe por el deseo de la mascota de comer más!
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