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Los suelos laminados para cocinas proporcionan acabados muy realistas que imitan a la madera. Además, se pueden instalar en toda la casa para conseguir una sensación de continuidad y una estética original y acogedora. Ahora bien, a la hora de elegirlos es necesario tener en cuenta varios factores. ¿Quieres saber cuáles? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el suelo laminado?
El suelo laminado es un pavimento fabricado con una fibra resina de elevada densidad y madera prensada, que está enlocado a una capa adhesiva fina muy resistente al desgaste y al impacto. Imita los diferentes tipos de madera natural y se compone de las siguientes partes:
- Base: es la mayor parte del peso total y establece la calidad del laminado y su resistencia. Puede ser de madera o sintética.
- Panel intermedio: está formado por fibras y resinas.
- Película protectora: protege el laminado de golpes y arañazos.
- Hoja decorativa: es el adhesivo que simula la madera natural a la perfección.
¿Qué tener en cuenta para instalar suelo laminado en la cocina?

La cocina es una de las estancias más transitadas del hogar y en ella hacemos una gran variedad de actividades. Es el lugar en el que cocinamos y ello puede causar manchas, grasa, derrames, humedad, etc. Por esta razón, si instalamos suelo laminado en la cocina, debemos tener en cuenta distintos aspectos para asegurarnos de que no va a proporcionar una gran resistencia.
Por un lado, para que el suelo laminado sea resistente al impacto y al desgaste, nos debemos fijar en las características del laminado, pues la categoría AC nos va a indicar el criterio de abrasión y puede ser AC3, AC4, AC5 y AC6. Según la categoría a la que pertenezcan pueden ser más o menos gruesos y resistentes. Cuanto mayor sea el número AC, más resistente será el suelo laminado. En el caso de la cocina, lo ideal es elegir una resistencia AC5 o AC6.
Por otro lado, en lo que se refiere a la resistencia al calor, si tu casa tiene un suelo radiante o estás realizando reformas, se recomiendan suelos laminados de resistencia térmica baja que permitan la transmisión del calor. Con una transmisión térmica alta, tardará más en calentarse y serán menos eficientes.
Asimismo, otro aspecto importante que se debe tener en cuenta es la resistencia al agua, en este enlace encontrarás suelos laminados para cocina que cuentan con la protección necesaria para resistir el agua. Algunos laminados certifican su resistencia al agua, pero en realidad solo es su capa superior la que presenta esta característica. De esta manera, si cae o se derrama algún líquido, tendremos que limpiar el suelo inmediatamente para que no se cuele entre las ranuras y la misma humedad acabe estropeando las lamas. También puede ser útil colocar una alfombra de cocina cerca de los puntos de agua, así como lavavajillas y fregadero para poder evitar que el agua caiga directamente sobre la superficie. Otra buena opción es ventilar la estancia con frecuencia para asegurarnos de que los vapores salgan de la cocina y no dañen el suelo laminado.
En caso de inundación, el laminado podría hincharse y la principal solución ante este problema es utilizar un contrasuelo para la humedad que permite que las filtraciones puedan detenerse en la zona superior sin bajar la capa más profunda en la que se producirían daños y moho. Además, si una zona del suelo laminado queda dañada por el agua, la parte dañada del revestimiento podría ser sustituida fácilmente.
En caso de infiltración desde abajo, el laminado podría sufrir daños, puesto que la resistencia al agua del producto afecta a la parte superior y no a la inferior. Ante este problema, se recomienda utilizar un contrasuelo específico para la humedad que bloquee las infiltraciones antes de llegar al laminado.
¿Cómo limpiar el suelo laminado?
Si quieres que tu suelo laminado esté reluciente, deberás tener en cuenta unos trucos de limpieza como los que te presentamos a continuación.
Por un lado, para eliminar polvo lo mejor es pasar una aspiradora con delicadeza o usar una mopa. Eso sí, hazlo con cuidado, ya que de lo contrario algunas partes del suelo se verían afectadas por el roce continuo.
Por otro lado, si quieres que el suelo quede libre de manchas, lo mejor es limpiar el suelo con una fregona de calidad tan escurrida como sea posible y aplicarle un poco de producto jabonoso. Se recomienda hacer esta rutina cada semana.
Asimismo, en caso de que las ranuras presenten suciedad, deberás usar un cepillo o un paño y llenarlos con alcohol para poder dejarlo limpio.
Finalmente, en caso de manchas fuertes producidas por grasa o pinturas, se recomienda aplicar alcohol sobre la zona a tratar. Si las manchas son más superficiales se han de eliminar con jabón y agua.
¡Y esto es todo! Esperamos haberte ayudado a resolver tus dudas acerca de los suelos laminados en cocinas y que puedas disfrutar de un suelo que se adapte a tu estilo de vida.